Hoy nos hemos levantado con este titular:
Cifuentes pide cambios legales para “modular” el derecho de manifestación
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/10/02/madrid/1349172692_804454.html
Somos delincuentes, violentos, somos peligrosos para las personas (para nosotros mismos) y por eso hay que limitar el derecho de reunión recogido en la Constitución y en la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión.
Nuestra Constitución dice en el artículo 21.1:
"Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa".
Para centrarnos un poco, este artículo se encuentra dentro del Título I. De los derechos y deberes fundamentales. Capítulo segundo. Derechos y libertades. Sección 1.ª De los derechos fundamentales y de las libertades públicas
Vamos, que no está en un artículo perdido por los recovecos de la Constitución.
Vamos, que no está en un artículo perdido por los recovecos de la Constitución.
La señora delegada del gobierno, quiere cambiar eso, un derecho fundamental, casi nada.
El artículo 21.2 de la Constitución dice:
"En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes".
Lamentablemente, estos días atrás, se ha comprobado que en una manifestación pacífica y sin armas, ciertos personajes, enviados por la autoridad, han fundamentado las razones para que ahora la señora Cifuentes (la autoridad), tenga los cojones para decir lo que ha dicho. No tiene vergüenza.
Lamentablemente, estos días atrás, se ha comprobado que en una manifestación pacífica y sin armas, ciertos personajes, enviados por la autoridad, han fundamentado las razones para que ahora la señora Cifuentes (la autoridad), tenga los cojones para decir lo que ha dicho. No tiene vergüenza.
Culturilla legislativa. Dentro de la jerarquía de normas legales, tras la Constitución, aparecen las Leyes Orgánicas. La Ley Orgánica, frente a la ley ordinaria, es aquella prevista en la Constitución que requiere el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso de los Diputados. La Constitución recoge algunos temas que deben regularse por este procedimiento, como son las Leyes de desarrollo de los Derechos Fundamentales y de las Libertades Públicas recogidas en la sección primera del capítulo segundo del Título I de la Constitución, os suena ¿no?
La Ley Orgánica 9/1983 dice que "ninguna reunión estará sometida al régimen de previa autorización", y hace responsable a la "autoridad gubernativa" de proteger "las reuniones y manifestaciones frente a quienes trataren de impedir, perturbar o menoscabar el lícito ejercicio de este derecho".
¡¡Manda güevos!! como dijo el otro. Los responsables de garantizar y proteger el DERECHO, son los mismos que nos quitan el DERECHO, los que impiden, perturban y menoscabar el lícito ejercicio de este derecho.
Son delincuentes, ellos, no nosotros. Se están saltando la Ley y la Constitución. Ellos portan las armas en las manifestaciones pacíficas con el pretexto de salvaguardar la Constitución ¿Me lo explican por favor? Y ellos son los que violentan a las masas pacíficas. Y digo que ellos llevan las armas, pero debería decir, los políticos, el gobierno, llevan las armas. Y diciendo esto no defiendo la actuación de la policía, por supuesto que no, pero los incitadores a la violencia son los seres de la clase política.
Las palabras de la señora Cifuentes son una provocación en toda regla. Y mucho me temo que si alguien no lo remedia, sus palabras se harán realidad, porque ahora tienen la mayoría absoluta y pueden cambiar la ley y la cambiarán. Buscarán palabras que convenzan a sus acólitos, a su voto cautivo y justificarán las ostias con la ley en la mano, como lo hacen ahora, pero peor. Y no quiero ser pesimista, pero se necesitan 2/3 de los votos de los diputados en el Congreso para cambiar la Constitución. Alguien nos puede asegurar que unos y otros no se unen para cambiarla, al fin y al cabo a los políticos les interesa que el pueblo esté callado.
No sé, no sé. Miedo, mucho miedo, cada vez más acojonado.