La mañana se despertó radiante, sin una nube por el centro, mejor, bastantes tenía yo ya en la cabeza. Salgo de casa, reconozco que sin demasiadas ganas, mi cuerpo dice una cosa y mi mente otra; le hago caso a mi mente y on the road again, por supuesto.
La cita era tan temprano, que en Illescas vi casi amanecer.
Caras de sueño, motos preparadas y mentes abiertas para disfrutar de una ruta desconocida para la mayoría.
Comenzamos la marcha, dirección Toledo; esta parte de la ruta ya se está empezando a convertir en habitual en nuestras salidas, pero en esta ocasión íbamos más allá de Castilla-La Mancha.
Teníamos que desayunar, es fundamental para hacer muchos kilómetros y nos detuvimos en Orgaz, una vez pasado Toledo, camino de Ciudad Real.
Seguimos camino al sur, por la N-401. Fuente el Fresno, Malagón y llegamos a la capital de la provincia de Ciudad Real. De la ciudad (valga eso que tiene que valer), ni fotos ni ná, fea como pegar a un padre y caótica, para mi gusto. Paradita para repostar y continuamos.
Por la tediosa CM-411, Aldea del Rey, Calzada de Calatrava, Viso del Marqués y llegamos a Almuradiel, ya en la A-4.
Un ratito de autovía, pasando por Santa Elena, por el trazado nuevo de Despeñaperros, que se vuelve aburrido y entramos en la provincia de Jaén. Tras un amago de giro incorrecto, volvemos nuestras motos al sureste, mirando hacia los olivos, en La Carolina. Por la divertida A-301, curvas amplias y piso en muy buen estado, pasamos por Arquillos, Navas de San Juan, Santiesteban del Puerto y, por fin, Castellar, fin de ruta. Unos 320 km. más o menos, desde Illescas (yo 85 más)
Es justo, la hora de comer.
(Le estoy robando algunas fotos al autor, sin su permiso, ya se lo pediré)
La superabuela de Rafa nos tenía preparada una buena fuente de conejo, ensalada...y nosotros vamos y nos lo comemos todo y así reponemos fuerzas. Tantas fuerzas repusimos que teníamos 2 opciones, o pegarnos una buena siesta (ganas no faltaban) o tomar un café y bajar la comida paseando por las calles de Castellar. Se optó por esto último.
Sus calles
Sus casas
Más Iglesias
Sus palacios
Sus "otros" monumentos
Sus reliquias
Una vez "bajadas" las viandas, cogimos camino a Chiclana del Segura (o como gusta llamarle a Rafa, Fraguel Rock). Un pueblo a 12 km. de Castellar y que se encuentra literalmente colgado de un monte. Carretera estrecha, con mucha curva ciega y largas cuestas.
La entrada al interior del pueblo se hace por aquí
Por aquí se llega a la plaza del pueblo. Rafa contaba que allí se hacían las corridas de toros en las fiestas del pueblo. Viendo las dimensiones de la plaza, resultaba difícil de creer, pero he aquí la prueba.
Tras rodear el pueblo por su muralla natural había que bajar otra vez a la carretera, pero ¿por dónde?
¡¡Pues por aquí!!, por supuesto. Calles mínimas y excesivamente empinadas para alguna de las motos (la mía por ejemplo). Pero tras hacer trial con las Harleys salimos de nuevo a la carretera.
Vuelta a Castellar y tras cenar, paseo por el pueblo, curiosamente desierto y a dormir, que mañana es día de vuelta a casa.
Desayuno abundante para tener energías.
Y antes de comer nos ponemos en carretera.
Aldehermosa, Montizón, Venta de los Santos.
Comida en carretera.
VillaManrique, Torre de Juan Abad, Cózar, Valdepeñas, como siempre huyendo de las autovías. Camino de Daimiel hacia Villarubia de los Ojos, por atajar, terminamos en Las Tablas de Daimiel, así las conocemos, por cierto, están secas, o al menos eso me pareció, porque no vi ni gota de agua.
De Villarubia de los Ojos a Urda, encontramos otra carretera "ruffles", de las que odiamos (al menos yo) y que siempre siempre terminamos por "encontrar".
Urda, Los Yébenes, Orgaz y Toledo. Paradita para repostar y el grupo se empieza a desintegrar, cada mochuelo a su olivo. Algunos continuamos hasta Madrid y alguno hasta más allá.
Fin de semana muy aprovechado, genial y, por supuesto, muchísimas gracias a Rafa y a su abuela por TODO. Los 820 y tantos km.que se ha metido "la Intrusa" para el motor y yo para el cuerpo han estado muy bien, por carreteras de todo tipo, con mucho calor a la vuelta, pero que más da, lo importante es disfrutar y eso hemos hecho.